¿De qué manera los espacios destinados a la espiritualidad y el recogimiento (culto) se ven permeados e influenciados por la dinámica de lo mundano y lo profano (cultura) en el contexto de la ciudad moderna? La serie fotográfica propuesta explora la interconexión entre el culto, entendido como las prácticas espirituales y la búsqueda de lo trascendente; el cultivo, referido al crecimiento personal y los valores éticos; y la cultura, en su dimensión material y social. Las fotografías revelan la convivencia, a veces armoniosa, a veces conflictiva, entre los espacios destinados a la meditación y el recogimiento, y el bullicio propio de la vida en la polis. El culto demanda silencio, despojamiento, introspección, mientras que la cultura material se manifiesta caótica, profana, dominada por la prisa y el ruido.

 

Sin embargo, en los intersticios se produce un filtrado de lo sagrado en lo mundano. La búsqueda de orientación espiritual en medio del vértigo contemporáneo. El cultivo requiere detenimiento, atención, escucha profunda. Pero en el hábitat moderno, saturado de estímulos, dichos valores se ven amenazados. Las imágenes buscan evidenciar esos puntos de encuentro, esos umbrales en los que lo alto se refleja fugazmente en lo bajo. Donde la ciudad se impregna por momentos de la quietud del templo.

 

La yuxtaposición visual invita a cultivar la capacidad de ver más allá de las apariencias, de percibir la sacralidad oculta que habita en cada rincón, para así restaurar el tejido entre los diversos aspectos de nuestra existencia. De este modo, se conectan más directamente los conceptos centrales, mostrando sus vínculos y tensiones en la experiencia contemporánea.

 

El claroscuro poético busca así evocar el misterio subyacente en el paisaje híbrido del Circuito Cultural de la Parroquia Santuario del Divino Niño del 20 de Julio, la presencia de fuerzas inefables que lo habitan. Se capta el contraste entre el fervor colectivo dentro del templo y la indiferencia de la multitud anónima de la ciudad. Pero también se celebran los intersticios donde lo divino y lo terrenal se funden, los espacios liminales de paso y espera, cargados de simbolismo. Así, la serie retrata las múltiples dimensiones que confluyen en este Circuito Cultural, invitando a una mirada contemplativa, dispuesta a entrever la sacralidad allí donde decide manifestarse. Se evidencia cómo este espacio condensa múltiples dimensiones que entran en diálogo: la sacralidad del recinto religioso, el fervor popular y las prácticas devocionales (culto) se entremezclan con el bullicio citadino, el comercio informal y la vorágine de lo mundano (cultura).