La matriz de identificación de proyectos en el sistema cultural-sociomaterial es una herramienta analítica y conceptual que permite comprender y situar las iniciativas y proyectos culturales dentro de un marco multidimensional. Se trata de uno de los esfuerzos con los que Passing the gift cifra su acompañamiento para la formulación de proyectos de gestión cultural en clave de cultura libre y gratuita. Esta matriz ofrece una perspectiva integral y alterna, reconociendo que los proyectos culturales no solo tienen implicaciones simbólicas y estéticas, sino también dimensiones materiales y socioeconómicas.

 

Es así que, en lugar de abordar los proyectos de forma unidimensional, la matriz, diseñada sobre las conceptualizaciones de García-Canclini (2004), los sitúa en un espectro que abarca desde el valor simbólico hasta el valor comercial, y desde el valor de uso hasta el valor de cambio. Esto permite comprender las complejidades y las interrelaciones entre los aspectos simbólicos, estéticos, sociales y económicos de una iniciativa cultural. De esta manera, al analizar los proyectos a través de los ejes propuestos, se fomenta una reflexión crítica sobre la naturaleza multifacética de la cultura y su relación con la sociedad y la economía. Esto permite cuestionar las definiciones hegemónicas y las jerarquías implícitas en el campo cultural, alentando a los gestores culturales a adoptar una mirada más inclusiva y diversa. Al situar los proyectos en los ejes propuestos, por ejemplo, los gestores culturales pueden evaluar críticamente sus propias iniciativas, identificar fortalezas y debilidades, y explorar oportunidades de mejora. Además, la matriz fomenta el cuestionamiento constante de las prácticas y las estructuras establecidas, alentando la búsqueda de nuevos enfoques en la gestión cultural.

 

Esta herramienta, al entender de Passing the gift, facilita la formulación de proyectos en clave de cultura libre y gratuita. Ya que permite reconocer el equilibrio entre los valores de uso y los valores de cambio, la matriz brinda un marco conceptual para diseñar proyectos culturales que trasciendan la lógica puramente comercial. Esto permite explorar modelos alternativos de producción, distribución y circulación de bienes y servicios culturales, fomentando la accesibilidad y la democratización de la cultura. Se trata, en todo caso, de fomentar la interdisciplinariedad: abarcando múltiples dimensiones, la matriz fomenta un diálogo interdisciplinario entre los campos de la gestión cultural, la economía creativa, la sociología, la antropología y la filosofía. Lo que enriquece la comprensión de los fenómenos culturales y facilita la creación de proyectos que integren diversas perspectivas y enfoques.

 

La matriz, que constituye uno de los instrumentos que son dispuestas en la caja de herramientas, como se ha indicado, pretende comprender y situar las iniciativas culturales dentro de un marco multidimensional mediante la intersección de dos ejes fundamentales: el eje cultural y el eje socioeconómico. Esta intersección da lugar a un sistema de ejes coordenados que permite mapear y analizar de manera holística la naturaleza poliédrica de los proyectos culturales.

 

En el eje cultural (eje Y), se explora el continuo que va desde el valor de símbolo hasta el valor de signo. Este eje permite examinar la dimensión simbólica y ritual de un proyecto, es decir, su capacidad para transmitir significados trascendentes, representar narrativas sociales y participar en la construcción de identidades colectivas. En el extremo del valor de símbolo, encontramos proyectos con un alto contenido mítico, sagrado o cargados de profundos estratos de significación cultural. En el otro extremo, del valor de signo, se ubican las iniciativas cuyo enfoque es puramente comunicativo o estético, desprovistas de carga simbólica o ritual.

 

Por otro lado, el eje socioeconómico (eje X) abarca el espectro que va desde el valor de uso hasta el valor de cambio. Este eje nos permite analizar la dimensión material y económica de un proyecto, explorando su grado de mercantilización, su orientación comercial y su relación con las lógicas del intercambio económico. En el extremo del valor de uso, encontramos proyectos desvinculados de la dimensión económica, cuyo propósito es satisfacer necesidades sociales o culturales sin fines lucrativos. En el otro extremo, del valor de cambio, se sitúan las iniciativas fuertemente orientadas al mercado y regidas por la lógica del intercambio económico.

 

Esta intersección de ejes, entonces, permite mapear los proyectos culturales en un plano multidimensional, reconociendo que pueden tener distintos grados de simbolismo y ritualidad, al tiempo que diferentes niveles de mercantilización y orientación comercial. Así, un proyecto puede tener un alto valor simbólico y un bajo valor de cambio, o viceversa, o cualquier otra combinación posible en el plano.

 

La herramienta es una invitación a cuestionar las dicotomías simplistas y las jerarquías implícitas en el campo cultural. Considera que la cultura no es un fenómeno monolítico, sino una amalgama de dimensiones simbólicas, sociales, económicas y políticas que se entretejen de manera compleja. Con ello obliga a reconocer que los proyectos culturales no son meros objetos de contemplación estética, sino que también tienen implicaciones materiales y económicas que influyen en su producción, distribución y circulación. De esta forma, la matriz cuestiona las definiciones hegemónicas de lo "cultural", explorando nuevas taxonomías y clasificaciones que desafíen las jerarquías establecidas. ¿Qué pasa si un proyecto aparentemente "comercial" también tiene un profundo valor simbólico? ¿O si una iniciativa "ritual" también participa en las lógicas del mercado? La matriz permite abordar estas cuestiones sin prejuicios, reconociendo la complejidad de los fenómenos culturales.

 

La matriz de identificación de proyectos en el sistema cultural-sociomaterial cuestiona aquellas suposiciones preconcebidas, al tiempo que explora formas alternas de concebir y gestionar los proyectos culturales. Esta herramienta, entonces, brinda un marco conceptual para abordar problemáticas desde una perspectiva crítica y reflexiva: ¿Cómo volver a pensar los límites entre lo "comercial" y lo "no comercial" en el ámbito cultural? ¿Existe realmente una dicotomía tajante o, en cambio, se trata de un continuo fluido? ¿Cómo aprovechar esta continuidad para generar modelos de gestión cultural inclusivos y sostenibles? ¿De qué manera los proyectos culturales desafían las fronteras entre el valor de uso y el valor de cambio? ¿Cómo concebir iniciativas que simultáneamente satisfagan necesidades sociales y culturales, al tiempo que participen en lógicas de intercambio económico de manera ética y responsable? ¿Cómo deconstruir las jerarquías implícitas en la dicotomía entre lo "simbólico" y lo "estético"? ¿Acaso no hay una dimensión estética en lo simbólico y una carga simbólica en lo estético? ¿Cómo explorar esta intersección para enriquecer las prácticas culturales? ¿Cómo utilizar esta herramienta para repensar las relaciones de poder y las estructuras jerárquicas dentro del campo cultural? ¿De qué manera los proyectos culturales pueden desafiar estas jerarquías y promover una distribución equitativa de los recursos y oportunidades? ¿Cómo aprovechar esta herramienta para explorar nuevas formas de colaboración y co-creación en el ámbito cultural? ¿Cómo utilizar esta herramienta para analizar y abordar las tensiones y contradicciones inherentes a los proyectos culturales?