
Passing the Gift
Fabian Ortega
Las imágenes, dentro de su conjunto, reflejan una serie de expectativas familiares sobre las generaciones más jóvenes, situación que ya se presentaba desde al menos la niñez de los abuelos (maternos y paternos); aunque esta se llevaba a cabo de manera indirecta y en su lugar se usaba la presión de las personas ajenas en el entorno para que las apoyarán. Expectativas que no se cumplieron en su totalidad y en su lugar llevaron a que se perdiera un interés por las generaciones más jóvenes por mantener unida a las familias.
El orden de las fotos no presenta ningún significado en especifico. En el caso de la primera foto se muestra una reunión que en En su momento fueron los primeros nietos (década de 1990) en los que ya se empezó a notar los intereses de la rama paternal por preservar el apellido a través de determinadas profesiones (Derecho, Seguridad, Ingeniería, entre otros). Pero también se hizo uso del matrimonio y la procreación, haciendo la demanda de que fuera varón. Como se puede apreciar en la foto es todo lo contrario a lo que deseaban las generaciones más viejas, en ese momento las expectativas de extender el apellido se vieron frustradas debido a que solo uno de los cinco nietos fueron masculinos. Como consecuencia de esto, y continuando con la tradición de esa rama familiar. Se empezó a criticar a las mujeres relacionadas con la familia, en especial al culparlas de las dificultades y desacuerdos dentro de sus respectivos matrimonios, propios o ajenos, haciendo referencia a los apellidos de los hijos/as.
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Esta situación continúa a día de hoy, con la única diferencia que los más viejos están experimentando estas mismas complicaciones, sin pareja, y con una ruptura de acercamiento familiar con todos su hijos/as que se puede observar entre las generaciones más jóvenes, llegando el caso de dos de los nietos más jóvenes a retirarse la herencia familiar o rompiendo lazos familiares de manera definitiva.
Como también la remodelación total de la casa de la fotografía en un intento por ganar reputación en el pueblo y obligar, por medio de la presión de los vecinos, a arrestar a los más alejados de la familia.
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Por otra parte, la segunda fotografía si bien no parece mostralo mostrará las consecuencias de intentar cumplir esas imposiciones que en comparación con otras ramas de la familia fueron menos severas, y las repercusiones de esas costumbres que ha tenido hasta el día de hoy.
La fotografía fue tomada en la Estación de Policía del municipio de Simijaca, no obstante se sigue manteniendo la narrativa de que fue en el colegio Agustín Parra, aunque en la foto ha parezca la Nocturna Policarpa dicha diferencia se debió a cómo resultaron las cosas.
La foto presenta al quinto hijo de la rama paterna, a quien desde una edad temprana se le remarco que debería ingresar a la Policía, como mínimo. Esta fotografía fue una prueba de ello al acercarlo al Teniente, encargado de la Estación, para que este lo fuera introduciendo en un principio en funciones administrativas desde los 11 años. Por seis años y medio se mantuvo dentro de las asignaciones que le hicieran junto con su negocio de tejedor con el que logró ganar una reputación entre los locales y viajeros, entre una de ellas la mujer con la que se casaría, y si bien la relación conectaba con una familia ganadera con renombre en Caldas y con ello la relación se declaraba aceptables. No obstante la relación se vio
comprometida por temas de alcoholismo y apuestas, algo nada nuevo en la familia y en especial en los hombres que lo veían como una buena costumbre, por lo que la señora le dio dos opciones o tomar conciencia sobre su propia vida o quedar sin hija y esposa.
Después de recapacitar sobre esto decidió dejar de estos hábitos, decidió centrarse en su familia por los próximos 17 años hasta que recayó al punto de haber terminado el matrimonio de manera no oficial en 2017, desde ese entonces la relación familiar entre madre, padre e hijos se ha visto encrudecido al punto de tratar con poco interés las reuniones o problemas del otro, y en su lugar cargarselo a un tercero.
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La tercera fotografía servirá para mostrar los intereses y métodos de ambas partes de la familia (rama paterna y materna), pero que permitirá observar que se busca dejar que los más jóvenes se han quienes tengan que terminar y resolver no solo los problemas de sus padres, tios, etc; si no que también los problemas no solucionados de las generaciones más anteriores, para con sus propios hijos (los pocos que lo han aceptado) repetir estas acciones.
La fotografía muestra principalmente a la rama materna, no obstante esta finca era el punto de reunión una vez al año tanto para esta rama como para la materna, normalmente entre junio y julio, aunque esta reunión se daba únicamente por compromiso entre hermanos de los abuelos, algo que ya se había comprobado en 2013 con el abandono de uno de las hermanas.
En 2018 esta situación se hizo realidad cuando falleció la hermana de la abuela falleció; como su hijo solo se centro en administrar la finca sin emparentarse con otras familias de la vereda, la mayor parte de la familia tomó la decisión de dejar que fallezca para luego introducir a otra generación; a día de hoy solo una hermana continúa visitando al hijo entre todos esperando a poder realizar la sucesión de escritura pero no pudieron por un error de firma de la propietaria, además de los costos de estudio geográfico y el avalúo de la misma.
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Por su parte la rama materna a pesar de tener presente que el seguir manteniendo su propia finca les había estado trayendo problemas de salud y económicos, en los últimos cinco años, no fueron capaces de realizar los procesos para la liberación de la escritura de propiedad para poder venderla, o buscar otras alternativas como arrendar y arreglar tanto la infraestructura y servicios básicos, esto ya que esperaban que los nietos (actuales) se fueran a la finca, esto se debe a que desde pequeños les decían que era natural preservar lo que les pertenecía, incluso si significaba perder la vida (como sucedió con una tía que falleció por una hernia) para obtener la gracia y aceptación después de la muerte. Solo fue hasta 4 meses previos al fallecimiento del abuelo materno que recapacitaron, pero que finalmente fue de poca utilidad ya que él mismo no pudo realizar el cambio de propietario antes de ser internado en el Hospital de Tunja donde falleció.
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Ahora se está empezando de manera más abierta a que las nuevas generaciones ir a mantener el único recuerdo del tiempo que compartieron abuelos, padres, tíos y nietos. Situación que no resultó de ser el agrado de la mayoría con excepción de dos



