Kit de emergencia para caminar a cualquier parte
Tomas González y Karen Herrera.
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A lo largo de mi vida me ha tocado moverme entre diferentes lugares, he migrado, me he mudado, he cambiado de amigos y de entorno, esto me ha llevado a generar un desapego
material forzado pues, la vida no cabe en una maleta, pero entre tanto bagar y soltar, he ido atesorando pequeños objetos que de cierta manera están ligados a mi ser de una forma más directa, que me dan seguridad y tranquilidad donde sea que vaya, todos estos objetos representan a alguien o algo muy preciado y mantenerlos conmigo me hace sentir en casa.
la tobillera hecha por mi sobrina, la pulsera de cuero de mi papá o el collar de mi mamá por ejemplo, lo siento como llevarlos conmigo a cualquiera que sea el nuevo lugar en el que me toque estar, así como el reloj que tuve gracias a mi novia y que me recuerda que el orden y estar al pendiente de mí y mi salud no es algo secundario, el pasaporte dañado no es un simple documento, es el recuerdo de mi hogar y lo difícil que la han pasado los míos, pero también arrastro conmigo mis vicios y por eso el cigarrillo electrónico, las gafas y su cuerda echa por mi sobrina que dice “el conocimiento es poder y el poder es dinero” me trazan un destino sobre la persona que quiero ser, alguien cool pero respetado y exitoso, y la luz de mi bicicleta la pulsera de nylon y los audifonos son Bogotá, sus calles ruidosas mis amigos y mi flaca.
Estos son más que objetos, son amuletos que me guardan y me guían a donde quiera que
valla, llevar 2 pulseras, un par de gafas, un reloj, una tobillera, y un cigarrillo electrónico no
es estrafalario, y seguramente varias personas andan con objetos similares en su dia a dia,
pero este conjunto específico de objetos son mi hogar.



